Llegó al pueblo con un bebé en sus hombros. El pueblo era similar a los que había visto en películas de dibujos animados. Algunas construcciones no respetaban sus formas. Muchas construcciones deformes conformaban el escenario. Pero eso no parecía incomodarle. Solo se preocupaba de sostener al bebé que traía sentado en sus hombros. Se acercaba a las casas para contemplar mas de cerca las construcciones de formas poco usuales. Se paraba en medio de la calle para poder mirarlas mas de lejos. Se detenía a contemplar las obras de arte que colgaban de las paredes de las casas del lugar. Con mucho cuidado, esquivaba los arboles para no hacerle daño al niño en su rostro. Así caminaba por la vereda de aquel pueblo animado. El cielo era de color granate y las paredes de color café claro. Ambos eran seres en un lugar que parecía querer hablarles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario