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lunes, 9 de julio de 2012

El Escualo


Caí por las escaleras.
No fue sin querer queriendo. Solo pisé mal. Y me saqué la cresta.
Caía cual pelota aventada por una escalera como yo iba cayendo. Así mismo caía.
Caí por las escaleras.
Rebotaba en cada peldaño a medida que caía escalera abajo.
Rebotaba cual pelota recién inflada que pe patea con fuerza.
Mientras bajaba la escalera, pisé mis cordones. Me saqué la cresta.
Por tratar de ponerme de pie mientras caía,
Pisé un peldaño quebrado y traté de poner el pie para poder detener mi caída: me fuí de hocico.
Alcé los brazos para poder sostenerme de algo: me pitié el cristal de la ventana.
Me fui de hocico escalera abajo.
Palabra del señor.

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