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sábado, 17 de noviembre de 2012

Del Porqué Siempre A Uno Le Hablan Cuando Uno Va Escuchando Música Con Los Fonos

Voy en la micro, me paso para el metro, me cambio de vagon y salgo de la estación,
subo por las escaleras, camino por el estación, llego a la salida y salgo a la avenida
y circulo por el paseo ahumada.
Con mis fonos voy caminando lento.
La gente se pega como lapa cuando me pongo los fonos,
me hablan y me hablan y aseguran que les oigo.
Pero yo no atino y sigo mi camino.
Como una pelicula muda de los años 20, veo pasar todo frente a mi. Todos mueven la boca, pero no se les escucha. Y yo con mis fonos.
Muchos rostros se me acercan y me empiezan a hablar. Yo los veo como mueven la boca: gesticulan con ganas, mueven las manos y me miran fijamente. Y yo con mis fonos escuchando mi musica solo los puedo ver. 
No puedo oir lo que me quieren decir. 
Ven mis tremendos donos sobre mi cabeza y aún así no dudan en preguntar y entablar conversación.
Con mis fonos me fabrico mi propia pelÍcula muda, mas real que las que me mostraron mis profes en esas lateras clases de historia.
Voy con mis fonos encerrado en mi burbuja, mirando gesticular, actuar e interpretar. 
Afirmado en la fierro del metro veo el espectaculo dentro del tren subterraneo. De conversaciones, de miradas, de personas que se me acercan a preguntarme en que estacion estamos detenidos. Yo quedo ahí: en silencio sin saber que me preguntan. Y el rostro me mira fijo porque no le quise contestar. Entonces gesticula con otro rostro y ambos me miran. Yo solo atino a seguir el ritmo de la musica quie sale de mi celular a mis fonos.
Sentados, parados, entrando, saliendo, corriendo, discutiendo. Las actitudes de las gentes es muy distinta. Lo que no se es lo que se dicen entre ellos. Deben bombardear de informacion de lo que les pudo pasar. Yo solo los veo gesticular. Entre la aglomeracion tengo mi mundo propio con mis fonos. Tambien es verdad que no me interesa escuchar a nadie. Soy antisocial, pero eso es otro tema.



viernes, 16 de noviembre de 2012

El Origen De Tu Destrucción

Yo solo me preocupo de seguir al paso de la letra mi ritual. 
Camino alrededor del circulo hecho de fuego y de piedras.
No soy persona. Tampoco animal. Soy un ente sin forma.
El fuego aparece como una pared para defenderte, pero yo puedo atravesarlo.
Mi cuerpo está deforme por las quemaduras. Mi rostro es una bola amorfa,
en donde el fuego ya hizo todo lo que tenía que hacer.
Y tu, estás tirada al medio del circulo. Ahí yace tu cuerpo calcinado.
Yo me alimento de el. Masco tu cara, escupo tus dientes y me limpio con lo que queda de tu pelo.
El olor a tu pelo quemado entra por mi deforme nariz. Recorre mi interior de bestia asesina.
Uso tus piernas para sustituir las mías que ya no pueden sostenerme.
Con tus piernas camino alrededor de lo que va quedando de tí.
Una parte de tu rostro quedó mirando al cielo. Yo lo miro fijamente.
Tomo tu mano y la engullo cual filete. Hay carne tuya que aún se quema. Y ese olor me exita.
Mientras mastico tu mano, te miro y la ofrezco a tu cuerpo que yace a mi lado


sábado, 3 de noviembre de 2012

Paseo Ahumada, Sabado A Las De La 8 De La Mañana

No es el mismo ambiente con el que uno se suele encontrar cuando sale del trabajo o de clases;
Esas calles saturadas de gente, de comerciantes, de niños, estudiantes simarreando.
Ese ambiente que atrapa. Donde se escucha la música de las tiendas de discos; donde hay pantallas HD en las vitrinas y la gente se agolpa para mirarlas, algunos para comprarlas, otros para cotizar. Hasta uno mismo se entusiasma y se enoja de no tener el dinero suficiente para poder comprar todas esas cosas. 
Un paseo ahumada con gente sacando fotos, mimos hinchando las pelotas a la gente que pasa. 
¡PREDICADORES QUE PREDICAN PREDICAS!
A las 8 de la mañana de un sabado, el ambiente del paseo Ahumada llega a asustar. Silencio. Uno solo va caminando por una calle que simula haber sido desotada por un terremoto. Nadie se ve. Nadie se oye. No hay multitud. Y uno va con sueño avanzando. El sol se asoma de a ratos por entre los edificios. Ya no hay música. El pelo se va secando con el sol y el viento. Las manos están heladas y empieza a picar la cara por la rasurada. Caminar agota y cae la primera gota de sudor por la frente. En la plaza de armas hay una señora regando las plantas con una mangera que saca desde un subterraneo. Casi es la unica persona que se puede divisar. Uno que otro borracho hay durmiendo en las bancas de la plaza. No hay trafico. No hay furgones escolares. El metro está cerrado. Esa misma calle que anoche era ruidosa y acogedora, ahora es fría y solitaria