HOMICIDA |
Quiero
ser el tétrico personaje lúgubre y frío que va sembrando el pánico
Entre
los seres que lo rodean.
Quiero
ser el personaje que va con el rostro calcinado,
Dispuesto
a terminar con tu mugrosa vida de un solo cuchillazo.
Quiero
ser quien convirtió tu vida en un infierno,
Que
apareció en tu pieza, quitó las ropas de tu cama,
Y
que con filosos cuchillos tajeó tu cara, tus brazos, tu cintura y tus piernas.
Que
usó tus venas como un hilo para llevarte cual títere hacia el techo de tu casa,
Y,
así, desnuda, te arrojó por el techo.
¿Me
quieres matar? ¿Quieres que no te moleste más? Soy la peor pesadilla.
Me quieren matar, me quieren sepultar...
Por
la calle voy una noche fría de lluvia.
No
me acompaña nada más que mi gran sable.
No
tengo frío. No siento pena. Son los que quieren estar conmigo los que aumentan
mi sed de venganza.
La
venganza y el odio son lo mas seguro en la vida.
Camino
pensando en mi crimen y en mi frialdad;
¿De
donde vendrá? Mi rostro calcinado fue la burla de muchos,
pero
ninguno de ellos vivirá. Yo controlo sus vidas. Yo sé cuando van a morir.
Manga
de imbeciles creyentes. Piensan que invocando a esa estupida creencia me van a
alejar.
Continúo
mi camino por una calle oscura y fría bajo la gélida noche.
Mis
pasos van firmes. Voy con paso seguro. No llevo nada en mis deformes manos,
Aunque,
cómo quisiera llevar tu cabeza en ellas. Pero peor es nada.
Mi
cabeza está fría, firme en los propósitos.
Paso
frente a tu casa, y me quedo viendo tu ventana del segundo piso.
Te
llamo por tu nombre. Sales. Me miras y no te sale la voz al querer gritar.
Empuño
mi cuchillo. Te lo lanzo al estomago. Te atraviesa. Lentamente, lo arranco.
Lo
guardo. Voy a la estación del tren. Viene raudo. Me entierro el cuchillo. Caigo
a las vías,
En
el instante que pasa el tren.
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